Transcurrió el último día de transferencias y el Leeds United se llevó a una joven promesa
de los Red Devils: Daniel James. “¿Qué importa?” diríamos algunos, de todas
formas, el Leeds United ni siquiera es un rival directo, es más, ni candidato
al título es. Pues el Leeds no pensó lo mismo las últimas tres veces que un
jugador suyo pasó al United, mucho menos en el caso de Alan Smith.
Para nosotros, muy fuera de Inglaterra, además de muy jóvenes, puede que con trabajos y nos suene el Leeds, y eso quizá, por Marcelo Bielsa. Para los aficionados ingleses de los Red Devils y de los Whites, el partido tiene un tinte especial y un tanto histórico. En pocas palabras, Mánchester es Springfield y Leeds es Shelbyville. En muchas palabras, la rivalidad inicia por uno de los capítulos más importantes de la historia de Inglaterra, uno tan importante que le dio a George R. R. Martin y HBO, material suficiente para tener un par o más de temporadas.
En
1377, muere Eduardo III, rey de Inglaterra, dejando una vasta descendencia y
mucha gente que busca apoderarse de su trono. Tres Casas Reales se pelean la corona, la Casa
de Plantagenet, la Casa de Lancaster y la Casa de York. En 1399, Ricardo II de
Inglaterra, miembro de la Casa de Plantagenet, es obligado a abdicar por su
primo Enrique de la Casa de Lancaster y este último sube al trono como Enrique
IV. Empieza la pelea por la sucesión entre las Casas de Lancaster y York. Comienza
el periodo conocido como la Guerra de las Rosas, durante el cual se dan una
serie de batallas por la sucesión del reinado. Su nombre viene de las insignias
reales de cada una de las Casas: rosas rojas de la Casa de York y rosas blancas
de la Casa de Lancaster (curioso que coincidan con los uniformes y apodos de
ambos equipos). La guerra duró alrededor de treinta años, hasta que todos los
herederos varones de ambas casas fueron asesinados. Al final, ninguno de los
participantes ganó, pues ninguno se quedó con el reino y solo se dio entrada a
la Casa de los Tudor, pero esa ya es otra serie de HBO.
Muchos
años después, llegada la Revolución Industrial, las ahora ciudades de Yorkshire
(Leeds) y Lancashire (Mánchester), se vuelven a ver las caras. Leeds se dice
que es una metrópoli construida por la lana (de oveja), es por eso que algunos
llegaron a decir que la ciudad proveía de ropa a todo el mundo. Pero entradas las
máquinas, las fibras de algodón comienzan a ser más fáciles de trabajar y el
viejo rival de Lancashire se vuelve el dueño, amo y señor de la industria, al
punto de ser apodado “Cottonopolis”.
Termina
la Revolución Industrial y comienza el juego de balón. ¿Por qué la rivalidad se
da entre ellos? ¿Por qué no? Por años ha sido la ciudad rival y ¿por qué no
odiar al mejor equipo de la metrópoli de enfrente? En 1906, se da el primer
encuentro entre Leeds y Manchester United, pero es hasta casi 60 años después que
Lancaster y York vuelven a ser rivales por una corona, no la de Inglaterra, ni
la de la ciudad más rica o la más bella, sino por la gloria que significa
conquistar la Liga Inglesa.
Manchester United estaba pasando por un periodo de éxitos de la mano de su ex jugador, Sir Matt Busby; pero el vecino no se quiso quedar atrás y aplicó la misma fórmula para ganar, contratando a su ex jugador, Don Revie. En 1965, se vieron las caras en la semifinal de la FA Cup, en un duro duelo que terminó con un empate y un partido de desempate que dio como vencedor al cuadro blanco. Leeds gana una batalla, pero pierde la guerra. En esa misma temporada fueron rivales directos por el título y los del equipo rojo terminaron venciendo. Al final de sus ciclos, el saldo fue de cinco títulos bajo el mando de Matt Busby, por dos bajo el de Don Revie.
Los
setentas se vuelven una época en que los duelos entre ambos equipos no fueron
tan relevantes dentro del campo, sino fuera de él. Grupos de hooligans se
enfrentaron constantemente durante esta década. ¿Quién ganó? Nadie puede
presumir de ganar cuando el hooliganismo causó tragedias en el fútbol, en más
de una ocasión.
Después del descenso de los pavorreales, tuvieron que pasar veintisiete años, desde su último gran enfrentamiento, para que el duelo directo por la liga se volviera a dar, ahora venciendo los de York a los ex Lancashire. Seguramente dolió, pero los mancunianos darían los últimos golpes importantes de la contienda, a tal grado que la afición del Leeds todavía recuerda con rencor esos episodios que se dieron, a principios de los 90’s y de la década de los 2000’s, entre ambos clubes.
Tres
transferencias se dieron de un equipo a otro que dejaron un amargo sabor a la
afición: Eric Cantona en 1992, Rio Ferdinand en 2002 y Alan Smith en 2004.
Imagínate darle a tu acérrimo rival un mítico multicampeón, continuador de la
leyenda del número 7 en la historia roja; a su nuevo capitán, y que
probablemente haya sido el último gran defensor del frente enemigo; y, por
último, al jugador que besó tu escudo antes de descender y que se bajó del
barco para llegar a ganar una liga que tú ni siquiera pudiste jugar por estar
dos divisiones atrás. ¿Cómo no odiar al tipo con el que solías pelear en el
patio escolar, y que años después, te viene a humillar con tres cheques y trece
copas más?
La
rivalidad es tan vieja que seguro pocos se han de acordar de dónde salió.
Muchos no saben por qué odian al otro, pero saben que lo tienen que odiar. Si
Daniel James resulta ser el fichaje estrella que buscaba Marcelo Bielsa, no
solo el Leeds se va a vengar, sino que la gente de Manchester va a recordar a
quiénes odiar y por qué los tienen que odiar.
Glory,
Glory, Man United.
Escrito por Enrique Macedo
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