Pages

Subscribe:

Entradas recientes

martes, 1 de diciembre de 2020

LA GRAN MURALLA ITALIANA

EL TORTUOSO CAMINO: DEL FASCISMO A LA GLORIA


Baresi, Zambrotta, Panucci, Nesta, Costacurta, Maldini, Chiellini, Maldini (de nuevo), Bonucci, Cannavaro (Balón de Oro). Todos ellos son un ejemplo de una larga historia de grandes defensas italianos, más que nada, de los que me acuerdo. Al hablar de fútbol defensivo a cualquiera se le viene a la mente Italia, sus jugadores y sus tácticas. Pocos se han preguntado de dónde nace y cómo un estilo de juego se encuentra tan arraigado a un país. La respuesta pudiera estar, quizá, en la historia del mismo y en la evolución de su pensamiento.

Mussolini, su derrocamiento, las ideas que dieron pie a esto y a la formación de la república italiana de hoy en día, nos hablan más del desarrollo del calcio, que tal vez, el propio juego.


                                               VINCERE O MORIRE


19 de junio de 1938. Benito Mussolini envió un telegrama a Vittorio Pozzo, entrenador de la selección italiana de fútbol, con estas mismas palabras antes de iniciar la final del Mundial contra Hungría. Hoy en día, podrían sonar como palabras motivacionales, metafóricas, pero para Il Duce, pues… tal vez, no. 

No creemos que haya sido la primera vez que Pozzo escuchara frases similares desde 1929, fecha del inicio de su tercer periodo en la Selección, ya que, durante el régimen fascista en Italia, el deporte cobró gran importancia, incluso resaltando la cultura física como uno de los fundamentos de la ideología política dominante. Para sus líderes, así como para todos los regímenes totalitarios de la época, el arsenal propagandístico tenía gran impacto en la conservación del poder. El deporte se volvió fundamental para esparcir el fascismo entre la población, más aún en los jóvenes. El fútbol dejó de ser un juego para ellos y se tornó en un instrumento para unificar a la nación y demostrar la superioridad de la identidad italiana, tanto dentro como fuera del país.

En 1932, Italia, “haiga sido como haiga sido”, fue seleccionada como el país anfitrión del Mundial de Fútbol de 1934. Sí, un país en pleno apogeo de sus ideas fascistas fue designado como anfitrión de una Copa del Mundo; esto, para sus líderes, era el momento perfecto para manifestar su ideología, mostrar la fuerza del atleta italiano, incrementar el sentimiento nacionalista y la unión del pueblo, así como sobreponer su visión ante el resto del mundo. Pero, había un pequeño problema, la selección italiana simplemente no era la mejor de la época. ¿Cómo diablos se le gana a un equipo austriaco al que le llaman el Wunderteam? La respuesta es más sencilla de lo que uno cree: como sea.

Una buena táctica, disciplina y unión de equipo dan como resultado un campeón del mundo. Esto es “il método”. Así se le llama a la táctica creada por Pozzo, una respuesta al esquema de pirámide invertida con una formación 2-3-5. La defensa se vuelve importante, la nueva formación 2-3-2-3 refuerza la media cancha con una suerte de mediocampistas con roles defensivos, especialmente el centro mediano, encargado de cubrir al delantero centro al defender y también organizar el juego al ataque. El nuevo dibujo resta jugadores en la ofensiva para obtener una mayor cobertura defensiva, pero sin descuidar el ataque con el menor número de gente posible. El fútbol no solo se concentra en jugar, sino en evitar que el contrario lleve a cabo su juego.

Así como el fascismo usó al fútbol, Pozzo también hizo uso de las ideas militares y nacionalistas para imprimir la disciplina y unión necesaria para poder formar un equipo ganador. La idea de la fortaleza del atleta era central en un esquema que se concentraba en la solidez defensiva. No sabemos a quién benefició más la fortaleza de los jugadores y la táctica de Pozzo, si a él por su esquema pragmático en el que hubo que desestabilizar y contraatacar, o al fascismo, que hizo gala del combate en la metafórica batalla que supone un partido de fútbol.


      LA VIANEMA Y LA LUCHA DE CLASES  


En una entrevista Antonio Negri señaló que el catenaccio es la lucha de clases. Tal vez lo dicho no podía ser más acertado. En 1943, en Italia se libra una guerra civil con el afán de borrar al fascismo por completo. Las muchas fuerzas existentes, principalmente fuerzas de izquierda que formaban parte de la Resistenza¸ se unen para este fin. Lo que siguió fue una disputa para ver quién se quedaba con el poder. Grupos de la derecha cristiana y la izquierda que, en su momento buscaron unir sus esfuerzos en contra de los restos del reino mussoliano y sus aliados, comenzaron a pelear por quedarse con el gobierno. Dichas ideologías no son más que un reflejo de la situación de su población.

En Salerno, un entrenador de un equipo en la Serie B, en busca de respuestas, cambia la posición de su centro mediano hacia la defensa, con el fin de cubrir al centrodelantero rival, lo que a la postre se conocerá como el líbero. Giapo Vani cuenta la historia de cómo se le ocurrió la vianema de forma fantasiosa con unos barcos y unas redes. La realidad es que dirigía a un equipo pobre de la segunda división italiana, pero obtuvo su ascenso a la categoría de honor con un esquema que le permitió a la postre, competir contra los grandes clubes y lograr sus objetivos.


Al norte, otro técnico que posteriormente sería considerado una leyenda del fútbol italiano, Nereo Rocco, empieza a jugar con tácticas similares. Algunos señalan que estos métodos futboleros vienen a partir de la influencia que tienen los equipos suizos entrenados por Karl Rappan, quien originalmente llamaba verrou (candado) a esta táctica. No es una coincidencia entonces que el referido método tenga el mismo nombre en sus respectivos idiomas. Algunos incluso consideran que es con él que nace el catenaccio en Italia, algo discutible. Lo que es indiscutible es su grandeza y respeto como técnico en Italia.

Rocco comenzó como entrenador del Triestina, equipo de su ciudad de origen, y posteriormente del Treviso, ambos equipos cercanos a Venecia, en el norte de Italia. Trieste en ese entonces se caracterizaba por ser una región mayoritariamente con ideología de izquierda, Treviso una región en la que la izquierda era la segunda fuerza, solo por detrás de la Democracia Cristiana que era parte de la tradición de la zona. No por otra cosa dice Negri que el catenaccio nace en Venecia y es la lucha de la gente que habitaba ese lugar, debido al hambre que sufrían sus habitantes y la migración.

                                  

                       EL GLORIOSO CERROJO


Más pronto de lo que uno pensaría, el catenaccio dejó de ser el estilo del pequeño y del perdedor. Debido a su eficacia, equipos grandes empiezan a verlo como una idea de juego a seguir. El entrenamiento, la rigidez táctica y la disciplina con la que los técnicos manejaron a sus equipos fue fundamental para su éxito. Es en 1953 que se ve el primer éxito del catenaccio, cuando el Inter de Milán gana la Serie A, siendo el primer grande de la época en hacerlo. Sin embargo, el saldo ganador es mucho mayor.

Tres técnicos y dos equipos son ampliamente recordados por mostrar los componentes de la táctica del fútbol italiano en su máxima expresión: Nereo Rocco, Helenio Herrera y Arrigo Sacchi. Ellos llevaron a ambos equipos de Milán a la máxima gloria, entre los tres se suman: seis ligas italianas, cuatro copas italianas y seis Copas de Europa (hoy Ligas de Campeones de Europa). Esto es solo de sus grandes exponentes, pero tomando en cuenta a todos los que fueron influenciados por esta idea de juego, el saldo puede ser la suma de casi todos los títulos de los equipos italianos, partiendo de que muchos de los hoy técnicos ganadores fueron jugadores de los grandes clubes de antaño.



                           EL ORIGEN DEL DEFENSA ITALIANO


Al describir al defensa italiano, uno puede decir lo siguiente: fiereza a la marca, fuerza, liderazgo, posicionamiento y uso de faltas tácticas solo en el momento necesario. Esto fue parte del juego italiano en sus orígenes, desde mostrar al gran atleta italiano antes de la Segunda Guerra Mundial, a la lucha por subsistir en la división de honor.  

La historia italiana y el desarrollo social han permeado en los pensamientos tanto de técnicos, como de jugadores. Nosotros como seres sociales participamos de esta, nos formamos a partir de esta y contribuimos a la formación de ella. El fútbol no es solamente un juego de veintidós personas corriendo detrás de un balón, es una expresión del entorno en el que vivimos. El fútbol es la manera en la que el deportista dotado demuestra con su mayor talento su forma de ver la vida, tal cual como un artista muestra en sus pinturas su visión del mundo. El gran defensa italiano nace de las primeras expresiones de supervivencia y evoluciona de tal forma que incluso se desconoce su origen, pero se encuentran esos vestigios y se forma a partir de nuevas situaciones sociales.




                Escrito por Enrique Macedo





0 comments:

Publicar un comentario