Nuevos
aires políticos recorrían a España a inicios de los años 80’s del siglo pasado,
la frescura de la joven democracia española trataba con creces de superar la
era franquista. De modo similar al plano político, nuevos aires refrescaban la
liga española de fútbol, pues irrumpiría un equipo vasco para romper con la
hegemonía de los clubes tradicionales que siempre levantaban el título
nacional. En efecto, la Real Sociedad emergió para ganar el trofeo de liga del
balompié ibérico de la temporada 1980-1981, con lo cual, levantaba su primer
título de primera división desde su fundación en el año de 1909. Atrás
habían quedado los días del descenso porque ahora el cuadro de franjas azules
disputaba los lugares del olimpo español.
Dicho
equipo campeón de la temporada 1980-1981 levantaba más que suspiros por los
tremendos jugadores con los que contaba. Desde su portero Anconada hasta la
estrella del equipo, Satrústegui, el cuadro vasco infundía terror a cualquier conjunto español que se le pusiera enfrente, y el Real Madrid no era la excepción. Así
es, el equipo merengue veía con
recelo a la Real Sociedad, pues no le perdonaba la afrenta de cortarle su racha
ganadora como campeón de la liga (el Real Madrid dominó toda la década de los
70’s), ni tampoco le pasaba por alto que en la temporada 1979-1980 lo hubiera
exigido al máximo para conservar el título de liga (en esa temporada el cuadro
blanco aseguró el campeonato hasta la última jornada).
Por
todo ello, el Real Madrid esperaba con ansias cobrarle factura al equipo Erreala, pero parecía que eso no podía
ser en el corto plazo porque la Real Sociedad se encaminaba al bicampeonato de
la liga española, pues nadie detenía a los dirigidos por Alberto Ormaetxea
Ibarlucea. Sin embargo, la puerta de la venganza merengue parecía encontrar luz
en el torneo de Copa, pues la Real Sociedad avanzaba sin problemas a las
instancias finales y el Real Madrid planchó su llegada a las instancias finales
nada menos que eliminando al eterno rival del Atlético de Madrid. La batalla
por saber quién era quién en el fútbol español tuvo como epicentro la semifinal
de la Copa del Rey, pues chocarían la Real Sociedad frente al Real Madrid, por
un boleto a la final y por saber quién era el mandamás de la naciente década de
los 80´s en el fútbol ibérico.
Así, el 10 de marzo de 1982, el campo de Atocha recibió al grito de “Donostia, Donostiarra…. Aurrera Mutilak” al equipo de Chamartín para disputar el partido de ida. El Real Madrid llegaba con su artillería pesada, sin embargo, de poco o nada sirvieron los nombres merengues porque los 90 minutos le pertenecieron a los de la Real Sociedad. En efecto, en los primeros minutos de partido un remate de cabeza de Górriz hizo temblar el travesaño de la portería de los blancos, y minutos después el delantero estrella, Satrústegui, remató un balón que el defensa blanco sacó de la línea de gol. Ya en el segundo tiempo, por obra de un tiro de esquina, Satrústegui logró anotar el único tanto del partido, no sin antes volver a amenazar el arco merengue con certeros remates de cabeza que el portero Ángel logró desviar.
A
pesar de los embates del tridente Satrústegui-López-Ufarte-Uralde, los
merengues defendieron a capa y espada la derrota por la mínima diferencia. Así,
ya en el partido de vuelta en el estadio Santiago Bernabéu, en un juego más
disputado en la media cancha, los merengues logran empatar el global y así terminar
el partido en sus 90 minutos, por lo que siguieron los inevitables penales. Los
azarosos once pasos que deciden la gloria o el castigo a los cenit del fútbol, esos once pasos que pueden llegar a ser injustos o el medio idóneo para ser recordado
por la hinchada como héroe a aquel que clava el balón al fondo de la red.
Así, en la lucha por saber quién era el mandamás del fútbol español, la suerte se inclinó por la camada comandada por el mítico Juanito y el goleador Castellana, pues los blancos clavaron cuatro penales frente a los tres de los de la Real Sociedad. En esa fatídica tanda de penales, algunos testigos del encuentro argumentaron que los merengues ganaron el juego debido a que su portero había estudiado a conciencia la forma en que los jugadores de la Real Sociedad habían tirado desde los once pasos en los cuartos de final, frente al Athletic de Bilbao, del mismo torneo de Copa. A pesar de eso, no hay duda que las figuras merengues aprovecharon su localía, con lo cual, lograron poner al Real Madrid en la final de la Copa del Rey, y a su vez, clavaban su primera estocada de muerte al equipo de ensueño de la Real Sociedad, puesto que el golpe final lo dieron meses después en la recién inaugurada Supercopa de España cuando volvieron a derrotar a los Txuri-urdines. Así, con dicho partido de Copa, comenzó el inicio del fin del gran equipo de la Real Sociedad.
Ante
ello, los aficionados de la Real Sociedad recuerdan con tristeza ese fatídico
partido de semifinal frente al cuadro capitalino, porque no solo les impidieron
lograr acceder a competir por el título de Copa, sino que también fue un
parteaguas a la generación más brillante de los Txuri- urdines. A partir
de este suceso, cada año los hinchas de la Real Sociedad esperan con ansias
cobrar factura al cuadro merengue por tal puñalada a su historia naciente, por
eso no es de sorprendernos que el encuentro entre la Real Sociedad vs Real
Madrid sea uno de los partidos más vistos en el país ibérico, y uno de los que
más efervescencia levanta en el calendario del fútbol español.
Años más tarde, el entrenador de la Real Sociedad, que ganó el bicampeonato español, declararía que él “no vivía de los recuerdos”, en alusión a que la Real Sociedad no debía estancarse en lo que ganaron en esa época. Sin embargo, bajo el argumento popular de que “recordar es volver a vivir”, la Real Sociedad de Satrústegui ha sido no solo la única en levantar un bicampeonato, sino la única en ganar un título de liga; por lo que siempre el equipo de la Real Sociedad debe tener la esperanza de cobrarle factura al cuadro blanco por la memoria de aquellos grandes jugadores de la selección española que dieron lo mejor por el club vasco. Esperemos que el ímpetu de los Satrústegui, los Zamora, los López Ufarte, los Uralde y los Arconada encuentre en las nuevas camadas de la Real Sociedad la tan anhelada venganza…
Escrito por Alejandro Olvera