El
día de ayer comenzó, con el partido disputado entre Inglaterra y Austria, una
edición más de la Eurocopa Femenina. La competición estuvo planeada para
llevarse a cabo el año pasado, pero fue aplazada debido a la situación
sanitaria provocada por la COVID-19 en el 2020. El encuentro inaugural, que fue
albergado por el estadio Old Trafford del Manchester United, mostró a una
selección local que parte como favorita para ganar el torneo femenil europeo. Y
es que el equipo dirigido por la neerlandesa Sarina Wiegman, ya subcampeona del
mundo con su país en Francia 2019, se encuentra invicto desde que ella asumió la
dirección técnica de las Lionesses: de los quince partidos que lleva en el
cargo, contando el de ayer, ha ganado trece y ha empatado solamente dos. El
conjunto luce sólido en la parte de atrás y los últimos encuentros disputados
registran una buena cuota goleadora a favor de las inglesas, lo que hace pensar
que esta puede ser la oportunidad de la selección anfitriona para convertirse
en las campeonas del certamen europeo.
Lo
visto por Inglaterra en el partido de ayer, refleja un conjunto ordenado en la
cancha y que emplea las bandas para hacerle daño al rival. Es una
característica de esta selección la elaboración de los pases para ir avanzando
hacia el gol, aunque también sabe romper líneas con trazos hacia el frente; y este
es un aspecto que lo diferencia del equipo dirigido por Phil Neville, en la
gestión anterior. Con el técnico inglés, las Lionesses tenían un estilo
de juego bastante parecido al de los equipos de Marcelo Bielsa, ya que se
caracterizaron por hacer presión alta a sus rivales, por tener un avance sin
dividir la pelota y por hacer retroceder a sus futbolistas de los costados,
hasta su propia área, para marcar a los laterales del oponente. Con la entrenadora
neerlandesa el estilo cambió poco, ya que el conjunto sigue priorizando la
tenencia de la pelota y la iniciativa hacia el arco rival, pero se nota que es
una escuadra que no gusta de asumir tantos riesgos para no quedar expuesto en
el sector defensivo.
En
los últimos encuentros, la selección inglesa ha venido utilizando un 4-2-3-1,
aunque el sistema predominante en la gestión de Sabina Wiegman es el 4-3-3. Este
aspecto tampoco se aleja mucho de los sistemas utilizados por el técnico
anterior: el 4-1-4-1 y el 4-2-3-1[1]. Sin embargo, el conjunto
actual muestra menos vocación ofensiva, aunque no por ello deja de generar
opciones en el ataque. Respecto a los nombres de la alineación, el equipo
parece ir encontrando un once de calidad que cuenta con variantes en todas sus
líneas. A jugadoras consolidadas como Lucy Bronze, Millie Bright, Fran Kirby o
Ellen White, se sumaron otras futbolistas que debutaron en el proceso anterior:
Georgia Stanway, Leah Williamson, Beth Mead (la anotadora del primer gol del
certamen), Lauren Hemp[2], entre otras. Lo anterior
nos indica que el seleccionado femenil posee varias futbolistas que llevan años
jugando juntas, que, con algunas variantes, los sistemas de juego no cambiaron
mucho de un proceso a otro, y que cuenta con una entrenadora y con jugadoras
del máximo nivel en el balompié femenino mundial. El inicio de torneo no fue
espectacular, pero sin duda que, con todos los elementos mencionados
anteriormente, además de la enorme ventaja de la localía, se puede catalogar a
las leonas como las máximas candidatas a ganar el título de la Eurocopa
Femenina 2022. Aunque hablando de fútbol, todo puede pasar.
Escrito por Carlos Ríos
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