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Foto compartida de la cuenta oficial en Instagram @iganagueye |
En
tanto se maneja en algunos medios que el PSG y el Galatasaray están reunidos
para acordar el traspaso del mediocampista senegalés, Idrissa Gana Gueye, la
incógnita respecto a la salida del jugador del conjunto parisino continúa
persistiendo. El hecho que habría desencadenado la ruptura sería la ausencia en
la convocatoria de Gueye en el partido correspondiente a la jornada treinta y
siete de la Ligue 1. En dicho encuentro, llevado a cabo en el Stade de la
Mosson, el Montpellier y el Paris Saint-Germain se enfrentaron en la
penúltima fecha del campeonato de liga francés. Con respecto al enfrentamiento,
el mismo no ofreció nada fuera de lo común, ya que el local no se jugaba nada
con la victoria y el visitante ya se había consagrado campeón en fechas anteriores.
Lo que resalta el encuentro del pasado 14 de mayo, y de los ocurridos a lo
largo de ese fin de semana, es el apoyo de los veinte equipos franceses de
primera división en la lucha contra la homofobia*. Como medida, los clubes
colorearon los números de los dorsales de sus jugadores con los tonos del
arcoíris de la bandera LGBT; medida que, al parecer,
el referido Idrissa Gueye se negó a apoyar.
Aunque
hasta el momento no hay una sola prueba que explique lo sucedido en los días
que circundaron al partido de la penúltima fecha que se llevó a cabo en
Hérault, sí existen hechos que apuntan a darle un sentido a lo ocurrido. En
primer lugar, Idrissa Gueye tampoco jugó la jornada de la temporada pasada en
la que los equipos franceses mostraron su apoyo a la lucha para combatir la homofobia;
en segundo, el jugador hizo el viaje a Montpellier, pero no formó parte de la
convocatoria, por lo que tuvo que ver el partido desde la grada; en tercero, al
término del encuentro Mauricio Pochettino, el entonces director técnico del equipo parisino, declaró que el mediocampista senegalés no tenía ningún
problema físico y que su ausencia en el terreno de juego se debía a cuestiones
personales. El antecedente y lo
sucedido en esos días provocó una serie de reacciones de muy diversa índole,
tanto a favor como en contra.
Funcionarias
del estado francés como Valérie Pécresse, presidenta del consejo de la región
parisina, y la entonces ministra de deportes, Roxana Maracineanu, se
pronunciaron en contra de lo hecho por el mediocampista del PSG. Por su parte,
la asociación Rouge Direct, que tiene como fin la promoción de la lucha
contra la homofobia en el deporte, exigió acciones a la Liga de Fútbol
Profesional y al conjunto rojiazul para que el jugador esclareciera rápidamente
lo sucedido y, en dado caso, se le aplicara una sanción al mismo. A favor de Idrissa Gueye
se pronunciaron personajes públicos como el periodista deportivo Bakary Cissé,
el escritor El Hamidou Kassé, y hasta el presidente de Senegal, Macky Sall,
quien emitió un mensaje de apoyo para el futbolista. También se sumaron a
darle palabras de aliento el Collectif Ultras Paris,
uno de los grupos de animación que tiene el equipo, y la Federación Senegalesa
de Fútbol, la cual respondió vehementemente contra las acciones emprendidas por
el Consejo Nacional de Ética de la Federación Francesa de Fútbol, así como
contra las autoridades y los medios de comunicación de dicho país.
“La
negativa de Idrissa Gana Gueye de sumarse a la lucha contra la homofobia no puede
quedar sin castigo”. Las palabras de Valérie Pécresse se suman a las de
personas y asociaciones que no aprueban el comportamiento del futbolista, más
allá de las convicciones religiosas que el mismo pudiera esgrimir. Quienes lo
apoyan sostienen que debe de prevalecer la libertad de culto y el respeto hacia
las diferencias, ya que el jugador no actuó en detrimento de ninguna persona al
decidir no participar en la jornada de apoyo en la lucha contra la homofobia de
la Ligue 1. El asunto religioso tiene un aspecto preponderante debido a que la
homosexualidad es rechazada por el islam y, por tanto, por el país de origen de
Gueye, ya que Senegal cuenta con una población mayoritariamente musulmana.
Aunque no queda claro que ese haya sido el motivo del mediocampista, todo
parece indicar que se trata de un aspecto íntimo respecto a las creencias de
Idrissa Gana Gueye.
Hoy
el embrollo parece irse suavizando con la venta del jugador a un equipo turco,
pero queda en el aire la posible solución para las referidas circunstancias:
por un lado, un movimiento que legítimamente busca erradicar actos de
discriminación contra grupos que históricamente han sido vulnerados; por el
otro, la autonomía y la libertad de las personas de decidir sumarse o no a las
causas con las que ellos conectan y se identifican. La discusión queda abierta
a pesar de las acciones emprendidas para apaciguar la situación, pero lo
valioso reside en los argumentos que ambas posiciones tienen a su favor. Saber
hasta dónde llega cada uno de los ámbitos en conflicto es algo que habría sido
bueno dilucidar, pero al haberse encontrado una salida rápida no sabremos, por
el momento, cuáles son las dimensiones de los límites de cada uno de los
intereses legítimos en contraposición.
*Lo
referido en el texto hace mención a la primera división, pero los veinte
equipos de la Ligue 2 también participaron en las medidas de apoyo a los grupos
LGBT.
Escrito por Carlos Ríos