El
pasado 28 de mayo, se disputó en la final de la Champions League, otro capítulo
entre el Liverpool y el Real Madrid. Como ya todos sabemos, el conjunto merengue
se alzó con el trofeo y alcanzó los catorce títulos del certamen más importante
a nivel de clubes del mundo. Poco hay que decir del campeón: un imbatible Thibaut
Courtois que mantuvo vivo al Real Madrid en la mayoría de las series de
eliminación directa, un Karim Benzema que está convertido en el mejor delantero
del año futbolístico que concluyó, y un Carlo Ancelotti que sigue demostrando su
valía como entrenador en el máximo nivel de exigencia. Ahora bien, el
funcionamiento general del equipo no fue nada espectacular, comparado con el
del rival que tuvieron en frente: algunos trazos de Modrić, apariciones en
momentos clave de Vinícius y Rodrygo al ataque, así como el equilibrio en el
mediocampo de Valverde y Camavinga; pero incluso así, queda la huella de un conjunto
sin atractivo para el seguidor desinteresado. El campeón es el campeón y la
historia probablemente recordará al Madrid que logró dejar fuera del camino al
Paris Saint-Germain, al Chelsea, al Manchester City y al Liverpool. Si bien es
cierto que las actuaciones, tanto del delantero galo como del portero belga,
empujaron al conjunto hispano hacia la última Liga de Campeones de Europa; en
el equipo inglés se mostró un rendimiento colectivo que, además, ha sido uno de
los de mayor constancia en los tiempos más recientes de este deporte. Este
último aspecto resulta interesante, por lo que en las siguientes líneas
aportaremos del mismo una descripción pormenorizada.
Disputar tres de las últimas cinco finales de Champions se dice fácil, pero el Liverpool de Jürgen Klopp ha conseguido afianzarse en la cúspide del fútbol europeo gracias a un sistema de juego que los ha hecho competir en la Premier y en la Champions League. Prueba de ello es la temporada que acaba de finalizar, llegando a las últimas instancias en todas las competiciones que disputaron los Reds: la final de la FA Cup, la posibilidad de ser campeón en la última jornada de la Premier League, así como la final de la Champions. En un mes, el Liverpool se jugó, descontando la Carabao Cup, que se disputa la mayor parte en el primer semestre de la temporada, el todo por el todo. Llegar vivo a todos los certámenes de mayo en Inglaterra es una proeza, tanto así que para encontrar una trayectoria parecida, tenemos que remitirnos veintitrés años para recordar precisamente al acérrimo rival del Liverpool, para rememorar a un equipo que marcó el fútbol en esos años: el Manchester United de Fergie. En esos mismos parámetros de competencia, tuvieron que pasar once finales de Champions, en las cuales participaron seis equipos ingleses (Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham Hostpur, Manchester City y Liverpool), para que otro club británico repitiera lo hecho en la temporada 1998/99. En esa campaña, el cuadro de Alex Ferguson logró ganar la FA CUP ante el Newcastle United, la Premier League al Arsenal, luego de unas últimas dos jornadas de alarido, y la Champions League al Bayern München.
El otro caso, el primero en el orden de las
cosas, también tuvo como protagonista al Liverpool, pero sucedió muchos años
antes del triplete conseguido por el Manchester United. Ocurrió en la temporada
1976/77, bajo la dirección técnica del mítico Bob Paisley. En aquella ocasión,
el equipo consiguió ganar la First Division (el antecedente de la Premier
League), la European Cup (antecesora de la Champions), pero perdió la final de la
FA CUP. En tanto que el Liverpool de esta temporada emuló al de hace 45 años,
en cuanto a la posibilidad de ganarlo todo en el mayo británico, lo cierto es
que los resultados no fueron similares para el primero: la actual plantilla
solo logró quedarse con la Carabao Cup, en la primera parte del año, y con la
FA CUP, que también le ganaron al Chelsea, a través de los penales; por otro
lado, perdieron la Premier League en la última jornada ante el Manchester City
y la Champions frente al Real Madrid. A pesar de eso, el equipo tiene un gran
mérito debido a la exigencia, la fortaleza y el ritmo de trabajo para llegar a disputar
los partidos definitorios de la temporada; el recorrido del equipo merece el
reconocimiento tanto para Jürgen Klopp como para los grandísimos jugadores con
los que cuenta el club de Merseyside. Y es que a diferencia de su contrincante
en la final de París, los Reds poseen un conjunto que potencia la
calidad de sus futbolistas y que teje las fibras de un desempeño colectivo avasallador
que resulta muy atractivo para los fanáticos de este deporte. Además de las
figuras ofensivas de Mohamed Salah, Sadio Mané, Roberto Firmino y Luis Díaz; el
Liverpool cuenta con la incorporación al ataque de sus defensores laterales,
Andrew Robertson y Trent Alexander-Arnold. La generación de juego pasa por
Thiago Alcántara y el sector defensivo está bien cubierto por Fabinho, Virgil
van Dijk, y el zaguero juvenil francés, Ibrahima Konaté.
Hoy el mercado de fichajes apunta a la salida
de varios jugadores del conjunto inglés, algunos nombres en prensa comienzan a
surgir: Loris Karius, Divock Origi, Takumi Minamino, Alex Oxlade-Chamberlain, y
una de las últimas figuras importantes del equipo, Sadio Mané. Sin embargo, los
Reds incorporaron recientemente al delantero Darwin Núñez, y están a la
espera de realizar otro fichaje relevante para mantener vigente la línea de
competencia en el club. Esto nos habla del trabajo sostenido que tiene uno de
los equipos más importantes de la historia del fútbol: se marchan jugadores,
pero llegan otras incorporaciones; se ganan y se pierden finales, pero el ADN
competitivo perdura en el grupo. Es tal el nivel del conjunto scouser, que
ha logrado conseguir lo que no han podido otros equipos de renombre en la
Premier League: llegar con posibilidades de título a todos los partidos de mayo
en Inglaterra. Pelear hasta el último minuto por ser campeón en todas las
competencias es algo que ni el Arsenal de Arsène Wenger, el Chelsea de José
Mourinho, o el Manchester City de Pep Guardiola, han podido alcanzar; no así en
el caso del Liverpool de Jürgen Klopp, el cual puede sentarse, durante el mes
de mayo, en la misma mesa que el Manchester United de Alex Ferguson que lo ganó
todo en el final de la temporada 1998/99, o del Liverpool de Bob Paisley que consiguió
en 1977 la First Division, así como su primera Copa de Europa.
Escrito
por Carlos Ríos